Cuenta la historia que fue la silla de un bar. Cuenta la historia que
está llena de encuentros, de lecturas, de esperas, de charlas. Cuenta la
historia que cerró negocios, rompió corazones, sacó fotos, estudió
todas las carreras y escribió
novelas.
Cuenta la historia que está llena de contemplación, de olor a café y pan
tostado. Y que bailó infinitamente con una mesa... Quizás entonces,
para darle días de más calma, tiene ahora los mil azules del sur y su
río maravilloso. Y un montón de pájaros charlando yendo y viniendo que
no dejan que se aburra.
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