Un día me regalaron un plumín y un tarrito de tinta china. Y ahí empezó
todo. La tinta, ágil, oscura, me susurraba sus secretos. Mi mano y el
plumín los traducían en dibujos, sobre incontables papelitos de colores.
Amorancia fue un regalo.
Cada
cuadradito dibujado está impregnado de verano; cada uno guarda la
emoción de lo nuevo, la dedicación y la concentración de horas. Cada
dibujo tiene la alegría de disfrutar lo que uno hace. Amorancia empujó
la rueda, abrió el camino.
Banquito de pino trabajado con 203 dibujos hechos 100% a mano, con tinta y marcadores.
Medidas: 0.25 x 0.22 x 0.22
Medidas: 0.25 x 0.22 x 0.22
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