miércoles, 22 de agosto de 2012

Kolmio

Kolmio trabajaba en el campo. Se levantaba temprano, temprano. Charlaba un rato con las vacas, mientras peleaba con el pasto porque le hacia cosquillas en las patitas. Paseaba a sus anchas por todo el verde, aunque pasaba de lejos por el gallinero porque le tenía miedo a los picotazos. Disfrutaba a la tardecita de mirar a los girasoles dando el último baile y de sentir el olorcito a leña que subía por el aire. Se hundía a la noche en un millón de estrellas. Un día alguien vino de la ciudad. Kolmio escuchó con atención todo lo que contaba y le pareció irresistible no conocerla. Se vistió de colores, jugó con las formas que aprendió mirando las nubes en las siestas panza arriba, y emprendió el viaje para conocer las luces de otros lados.




Banquito de campo trabajado con papeles y laca.
Medidas: Diámetro 0.35 - Alto 0.42

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